En el mercado actual se puede acceder a casi cualquier producto sobre el que se tenga alguna idea o interés. En ese sentido, las bebidas energéticas son una de esas alternativas que suelen ser de las más preferidas por quienes buscan una opción rápida para estimular su cuerpo. De todos modos, hay que ser conscientes que este tipo de productos acarrean una serie de consecuencias no esperadas en el cuerpo y esto no se puede pasar por alto.
Además de lo anterior, el modo en el que se suelen promocionar y dar a conocer entre la población no suele ser lo mejor para que la información pueda circular con toda naturalidad. En muchos casos se promete a la persona el más alto rendimiento, poder vivir las 24 horas del día o sacar el máximo potencial.
En ese sentido, al momento de pedir batidos Herbalife siempre se hace énfasis al consumidor, que la información y conocimiento sobre el producto que se quiere es lo más importante, ya que de una u otra manera ese artículo va a tener un impacto en el cuerpo, sea positivo o negativo.
Finalmente, hay que recordar que las bebidas energéticas se introdujeron al mercado hace unas décadas, pero en tiempos recientes su consumo se ha incrementado de una manera notable. La cuestión en la actualidad es poner en duda si en verdad este tipo de productos ayudan al organismo en los momentos de fatiga o son útiles para aumentar la actividad.
¿Qué es una bebida energética?
Lo cierto es que las bebidas energéticas no tienen aún una definición acordada por la comunidad científica. Más allá de lo anterior, de acuerdo con la normativa vigente, se clasifican como bebidas refrescantes. Ahora bien, si se piensa en una categoría particular para ellas, son agrupadas todas las bebidas que no son alcohólicas, pero que contienen taurina, cafeína y vitaminas, en particular del grupo B. En otros casos, se suelen acompañar con ingredientes como el ginseng, carnitina, glucorono-y-lactone, gingko y guaraná.
Respecto a la manera en que se denominan estas bebidas, ya se puede empezar a plantear un primer problema. En otras palabras, el nombre, la publicidad y los mensajes que se transmiten en torno a este producto pueden ser engañosos en la mayoría de los casos.
Además, la propia Agencia Europea de Seguridad Alimentaria o EFSA, ha determinado que no se pueden anunciar bebidas que prometen potenciar el rendimiento físico o intelectual. Así mismo, desde el Parlamento Europeo se vetó la posibilidad que se pueda poner en reclamo algún tipo de asuntos sobre la salud en torno a estas bebidas. Eso sí, no hay que confundir este tipo de bebidas con las bebidas deportivas o isotónicas.
¿Qué efecto tiene una bebida energética en el cuerpo?
En principio, se habla de un efecto en el guisante con el que es posible aumentar el rendimiento deportivo. De todas maneras, su utilización también puede significar que se presenten distintos efectos secundarios que son negativos para el organismo.
Hay que resaltar que las marcas fabricantes más reconocidas en el mundo suelen insistir ante el planeta que sus productos son seguros, pero hay expertos sanitarios, como por ejemplo la Organización Mundial de la Salud, que alertan sobre los posibles peligros que puede representar la ingesta de estas bebidas para la salud pública.
Finalmente, la advertencia principal que es planteada por estas organizaciones, es que los niños no pueden consumir estas bebidas bajo ninguna circunstancia, al igual que para ciertas personas pueden ser potencialmente peligrosas:
- Jóvenes menores de 18 años.
- Mujeres embarazadas.
- Personas que toman cierto tipo de medicamentos.
- Personas muy sensibles a la cafeína.
Riesgos principales de las bebidas energéticas para la salud
A continuación, se exponen los riesgos potenciales que puede significar el consumo de este tipo de bebidas para el cuerpo.
Efectos cardiovasculares negativos
Debido a la incorporación de distintos ingredientes, como por ejemplo la cafeína, la actividad eléctrica del corazón y la presión arterial se van a incrementar. En realidad, la anterior conclusión es la principal pista por parte de un estudio sobre el corazón, respecto a los peligros de estas bebidas.
Igualmente, se ha conseguido encontrar que hay una relación entre el consumo de las bebidas energías antes, infarto de miocardio y paro cardiaco. Asimismo, se puede explicar un espesamiento de la sangre a partir de este tipo de actividad.
Finalmente, otro tipo de estudios más recientes han encontrado más evidencia sobre los efectos perjudiciales de las bebidas energéticas, resaltando en cada uno de los casos que el sistema cardiovascular se ve afectado por su ingesta, al igual que el sistema nervioso, que es en realidad el más afectado.
Efectos negativos para sistema nervioso
Por lo general, los efectos adversos de la cafeína en el sistema nervioso se van a presentar con dosis que son de 200 mg o superiores. Si una persona se quiere hacer una idea de lo anterior, en muchos casos estas bebidas energéticas incorporan entre 100 y 200 mg de cafeína por unidad.
Por otro lado, hay que integrar al análisis que en la composición de estas bebidas se integran otro tipo de ingredientes con los que se estimula y al tiempo se busca potenciar el efecto del producto. En muchos casos, los síntomas se pueden manifestar como inquietud, ansiedad, insomnio, períodos de inagotable habilidad o espasmos musculares.
Efectos relacionados con el azúcar
Otro de los ingredientes principales de estas bebidas energéticas es el azúcar. Casi todas las bebidas tienen más azúcar en comparación que un refresco habitual. En promedio se estima que son entre 10 y 12 gramos por cada ml de bebida.
Si se considera que una lata contiene 250 ml, esto significa que hay entre unos 25 a 30 gramos de azúcar por unidad. Puede ser que ciertas marcas comerciales en latas de medio litro, así que esto equivale a 60 gramos de azúcar. En definitiva, el valor es muy alto para la cantidad máxima recomendada por la OMS, pues es de no más de 25 gramos en niños y adolescentes.
Vale la pena anotar que los efectos producidos por los azúcares libres que se consumen en exceso son conocidos cada vez más. En los niños, para un ejemplo se relacionan con la obesidad y la caries dental.
¿Qué pasa con los niños y las bebidas energéticas?
En términos generales se suele anotar que los consumidores habituales de las bebidas energéticas son los adolescentes y adultos hasta los 30 años. De todos modos, recientes datos entregados por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria en el año de 2013 indican que la situación es alarmante, pues un 18% de los niños de entre 3 a 10 años eran consumidores de bebidas energéticas y en un 16% de los casos esto era de forma crónica.
Además, los niños por la condición de su cuerpo son vulnerables especialmente a cada uno de los riesgos de las bebidas energéticas. Igualmente, también se ha reconocido que es imposible establecer una cantidad segura de consumo de cafeína para un niño pequeño, por ejemplo.
Al respecto, gobiernos como el del Reino Unido se han planteado la prohibición de la venta de bebidas energéticas a menores de 16 años, y esto con justa razón porque una sola lata significa tres cafés con 12 cucharaditas de azúcar, para dar un ejemplo.